Kirinroop C. Israel
Escrito en Diciembre del 2014.
Viajar es una de las experiencias más transformadoras que he tenido en la vida y que me ha hecho crecer, especialmente en aquellas ocasiones en que he estado sola y he tenido que enfrentarme al mundo con todo lo que soy en ese momento. En esta ocasión, he elegido conscientemente enfrentar mis mayores miedos: estar sola y saltar hacia lo desconocido. Vivir en otro país completamente sol@ puede ser aterrador y, al mismo tiempo, movilizar todos los recursos internos. Esta gran experiencia está provocando una gran transformación en mí y he decidido plasmarlo aquí para poder compartir estos tremendos aprendizajes, a la vez tan sencillos, acerca de la sabiduría de la soledad, la apertura de la mente y del viaje a lo desconocido y lo nuevo.
1. Valorar lo que tengo es anclarme: mi familia, mis relaciones, todo lo que he construido. Hasta que no te mueves, no descubres qué cosas en tu vida unen el panorama completo. Cuando estás lejos, de pronto aparecen tus seres queridos, pero lo más increíble no son los recuerdos que emergen, sino las cualidades de su persona que se manifiestan en forma de sabiduría recibida. Sólo ahí te das cuenta lo que has aprendido de esa persona y su presencia. El sentido de lo práctico de mi mamá, el sabio consejo de mi padre, el humor y disfrute de la vida de mi prima, la curiosidad intelectual de mis hermanos, la risa y el poder sanador de mis amigos, la aceptación incondicional de mi perrita, etc. A través de todo ellos y todos los espejos que he conocido (por contraste o por resonancia), puedo reconocer en mí lo que he cultivado. Valorar lo que tenemos trae humildad y plenitud, y esa inmensa gratitud fortalece nuestras raíces.
2. Vivir liviano es ser más libre: Cuando toda tu vida cabe una maleta te das cuenta que realmente es posible vivir con poco y, más aún, con lo esencial. Incluso puede ser pertubardor darse cuenta cuántas necesidades creadas tenemos cada día, somos bombardeados por deseos inútiles, muchas veces superficiales, que no se sostienen en el tiempo ni satisfacen deseos más profundos. Tapamos nuestros vacíos y carencias personales con cosas, pero, tristemente, esto sólo dura un tiempo… ¡el vacío se queda! Vivir liviana es tener menos necesidades y más abundancia. Más gratitud, más disfrute de las experiencias que hay hoy en nuestras vidas. Es estar más despierta a los regalos pequeños que se deslizan fugaces entre los minuteros del día y que cambian el curso de nuestras vidas.
3. Valorar lo simple es vivir enamorada: Sin ir más lejos, el acto de desapegarme de todo lo conocido me ha hecho reencantarme con la vida. Cuando sueltas todas las complicaciones, el peso denso de las responsabilidades y su ruido mental, sólo quedas tú y el momento presente. ¿Por qué nos olvidamos de jugar? Estar enamorada implica estar abierta, inocente y vulnerable, en lugar de estar cerrada, juzgando y a la defensiva. Cuando estás enamorada, cualquier cosa que haga el otro parece divina y llena de gracia. ¿Quién te dijo que la Vida no hace lo mismo? La Vida te ama y te valora cuando tú la amas y la valoras. El reflejo del universo está en ti. Cada cosa simple tiene un sabor exquisito, sólo si te das el tiempo de saborearlo. Y ahí está toda la magia.
4. Soltar lo viejo te rejuvenece: Si bien yo pensaba que había soltado casi todas las creencias viejas en mi vida, estaba equivocada. Te sorprenderías si pudieras ver la cantidad de creencias limitantes que tienes funcionando en tu vida. Viejas ideas, miedos, conceptos absolutistas, falsas asociaciones y emociones… Todo pegoteado en tu capacidad de vivenciar plenamente una experiencia. Lo más loco, es que nos aterra el hecho de soltar lo que conocemos y seguimos aferrándonos a lo familiar y conocido, por más que éste nos haga sufrir. El gran truco está escrito ya hace siglos en la naturaleza: cuando la oruga suelta su cascarón, se convierte en mariposa, así como la serpiente cambia de piel. Nunca descubres tu máximo potencial hasta que te enfrentas a situaciones desconocidas, donde lo viejo ya no sirve. Es como tener una nave que le van a apareciendo nuevas funciones a medida que va avanzando. Descubrir quién eres más allá de lo típico de ti, te refresca, te renueva y revitaliza. La mejor versión de ti misma va apareciendo cuando vas sacando las capas que ha puesto sobre ti desde tu historia conocida.
5. Confiar es decir Sí a la Vida: No hay nada más potente que una proyección mental positiva acompañada de mucha respiración. La única manera de enfrentar los miedos es confiando en una misma y el propio destino; confiando en la Vida y su diseño perfecto. Cuando estás positiva y determinada, atraes a ti lo mismo. Y cuando atraes lo contrario tienes dos opciones: dejarte influenciar y volverte negativa (olvidarte de quién eres) o aceptar el desafío y mantener un corazón abierto, siendo fiel a quién eres. Es TU vida, tú eliges cómo quieres sentirte y cómo quieres relacionarte con lo que viene a ti. No importa lo que suceda, tú siempre tienes la última palabra, y la última palabra es tu acción, lo que eliges SER en cada momento y lo que proyectas con esa acción. Esa es Tu Realidad.
6. Enfrentar los miedos es un salto de Fe: Hay una extraña y peculiar sensación en el acto de saltar al vacío: por un momento mueres de miedo pensando que lo peor podría estar al otro lado y aparece la terrible sensación de no poder controlar el futuro o lo externo. Al mismo tiempo, hay una pequeña lucecita muy dentro de ti guiando el camino y asegurando que todo va a estar bien. El día que decidí abrazar a mi destino consciente y consistentemente, todos los días, mis sensaciones cambiaron. Mi relación con la Vida, cambió. Oportunidades a mi alrededor tomaron otro color. Situaciones llegaron a mí con cualidades positivas y motivantes. No hay nada más gratificante que demostrarse a uno misma que “sí puedes” y enfrentar los fantasmas del pasado. Cuando eras niña, prendías la luz cuando tenías miedo. Hoy, enciendes la luz de tu consciencia cuando te enfrentas a lo que temes. Es tremenda la sabiduría que surge de abrazar lo desconocido. Cuando te permites sentir miedo y luego lo miras a la cara, desaparece. ¿Qué queda? Conocimiento y experiencia.
7. La soledad es un espejismo: ¿A qué tememos realmente al estar “solos”? He ido desenmascarando mi miedo y sólo he encontrado mente. Mi miedo y angustia por la soledad está en los pensamientos tortuosos y únicamente allí. ¿Cómo lo des-cubrí? Mis momentos de mayor disfrute aparecieron: saboreando el océano mientras nadaba en el mar de noche, contemplando la luna y el atardecer mientras me preguntaba ¿Cómo es posible que esto sea taaaan hermoso? Meditando profundamente en mi habitación, perdiéndome en la melodía infinita de un instrumento musical y de mi propia voz… Por supuesto que los momentos compartidos con otras personas trajeron inmensa felicidad también. Pero eso sólo ocurre cuando comprendes que te estás compartiendo a ti misma, ofrendando tu presencia presente, en esos momentos deliciosos. Y ésta se cultiva en los momentos de soledad, cuando toda la existencia está contigo; ahí te das cuenta que esa “sol-edad”, esa “edad del sol”, lasw vueltas que has dado al sol en tu experiencia humana, es una fuente inacabable de calor, sabiduría y consciencia. La compañía sólo es exquisita porque existe la soledad. Lo que realmente se comparte en un encuentro son dos soledades completas en sí mismas. Tienes que dejar de creer que estar solo es doloroso, malo, vergonzoso o trágico. Si puedes abrazar tu sol-edad, caminarás por la vida iluminando con tu sol a quienes te rodean, dándoles calor, consciencia y luz. Recuerda, el sol es la estrella más grande y es un reflejo de ti.
8. En tus miedos está tu mayor potencial: Nunca pensé que podría estar completamente sola, lejos de mi gente, lejos de mi pasado y de lo familiar. Vivimos la vida tratando de escapar de eso que nos aterra sin saber que allí se esconde el máximo potencial de lo que somos. Como a una semilla en su cáscara, calentita y cómoda, le dijeron un día que iba a convertirse en un gigantesco roble y ella rió con ironía, “Pfff!! ¿Yo? Nah… imposible”. Sólo necesitas agua (nutrirte con cariño y experiencias enriquecedoras), sol (motivación diaria y energía, respiración), a medida que creces, una tierra (creación personal, suelo propio) donde hacer crecer tus raíces, y a medida que vives, cambio (cambian las estaciones, las circunstancias te desafían y tú te adaptas y regeneras). Recuerda, mientras más hondo van tus raíces, más fuerte y estable crece el árbol. Mientras más te conoces y navegas hacia lo profundo y desconocido en ti, más creces y floreces.
LO ÚNICO QUE PUEDES PERDER SON TUS MIEDOS Y LO ÚNICO QUE PUEDES GANAR ES EXPERIENCIA.