“El ego es la capacidad misma de ser finito. Tú dices: “Yo soy. Estas son mis cosas. Esta es mi vida. Nadie me puede decir nada. Haré lo que quiera hacer “. Al final te confinas tremenda y trágicamente. No prestas atención a tu destino y pierdes la perspectiva. Vives la vida a través de las reacciones de la mente; no te sientes como tú. No penetras al alma y vives desde tu corazón. Evitas las pruebas y nunca ganas tu singularidad en tu destino. Los placeres inmediatos del ego te apartan de la escena y te alejan del alma. Elige ese camino y nunca penetrarás por medio de tu propia mente y verás la luz del alma, que es la parte de Dios que está en ti”. -Yogi Bhajan
He experimentado y atestiguado estas palabras del maestro Yogi Bhajan y quiero contarte algo: la evolución espiritual es peligrosa. Así es. Cada vez que doy consultas, me sorprendo de encontrar lo mismo una vez más: hacia donde va la evolución espiritual personal, es donde más miedo sentimos.
Con mucha frecuencia, las personas acuden a mi consulta con el objetivo de sentirse mejor, de querer avanzar en sus vidas. Y en muchas ocasiones, cuando llega el momento de salir del hoyo negro, experimentan pánico.
Y lo más curioso es que, aunque ese hoyo les produce dolor y malestar, se resisten a salir de allí cuando quiero empujarlos fuera.
Salir de allí requiere una sola cosa en que la mayoría de las personas fallan: tomar decisiones. Por eso la evolución espiritual es peligrosa: da miedo, desafía todas tus excusas, te saca de tu dolor familiar y conocido, te remueve a ir más allá de tus límites mentales.
Esta es realmente la única fuente de la felicidad real, porque la felicidad no se trata de emociones, sino de decisiones. Y son aquellas decisiones que te estremecen, que te aterran, las que sacuden un millón de excusas desde dentro de ti. A tu mente no le gusta verte libre. Tú te dejas manejar por ella porque no has establecido una relación independiente con ella, no te has independizado.
Este proceso requiere 3 aspectos críticos que, si los trabajas, tu vida comenzará a aumentar de nivel y comenzarás a jugar en las grandes ligas.
Esto es: tu respiración, tu práctica de meditación y tus acciones. Esta triada es la que te empodera a tomar decisiones que te ayudan a evolucionar en tu consciencia y, cuando digo consciencia, me refiero al éxito en tu vida.
Requerirá sacrificio, “sacro-oficio”; el sagrado oficio de pulir tu diamante a través de tus acciones. Pero tu problema es que crees que el sacrificio te quita tu libertad.
Te equivocas: tu sacrificio te da libertad, pero tienes que saber hacer los sacrificios correctos: sacrificar tus miedos, tus dudas y tus excusas por un bien mayor. Por eso necesitas independizarte de tu mente.
Cuando esto sucede, entiendes realmente lo que es el alma, el ser dentro de tu personalidad, que dirige tu vida hacia tu destino, hacia tu potencial real en esta vida.
Y esto te empodera, por eso es peligroso: estás al filo, en riesgo, atravesando tus miedos, todos los días.
Tu evolución espiritual no se mide leyendo libros de chakras, cantando OM o vistiéndote con túnicas; se mide por tus decisiones. Esta es una de las vías más directas y eficientes. A mayor profundidad de tu consciencia, mayor profundidad y alcance de tus decisiones. A mayor profundidad y alcance de tus decisiones, mayor profundidad de tu consciencia.
¿Vamos por más? Es más, ¿vamos adelante por tu vida entera?