“Cuando quieres evitar que el agua fluya en cierta dirección, se pone un dique para detener el flujo y luego se abre un canal para que fluya en otra dirección. La energía humana funciona exactamente de la misma manera. Evita que fluya hacia el lado negativo o destructivo y tendrás la misma cantidad de energía para que fluya en una dirección positiva. Solo recuerda: hay X cantidad de energía en ti y tú eres su amo. Puedes usarla de la manera que desees y dirigirla hacia donde quieres que vaya”.
-Yogi Bhajan
Nada en el universo muere, todo se transforma. Tu energía puede reciclarse, transformarse, transmutarse, redireccionarse. ¿Conoces tu energía?
Primero, debes volverte consciente de tu cantidad de energía. Innatamente, las personas traen más o menos cantidad e intensidad de energía de acuerdo con el propósito que deben cumplir. Si conoces tu energía, conoces tu naturaleza. Tienes que saber qué hacer con ella.
Segundo, debes conocer tu ritmo. Si vives por sobre tu ritmo, vas a quemarte y fundirte. Sentirás agotamiento y a brumación por no poder cumplir con tu propósito. Si vives bajo tu ritmo, sentirás estancamiento, frustración y depresión, por no estar usando tu máximo potencial. Tienes que saber vivir en tu propio ritmo para sentirte libre de expresarte y ser tú.
Tercero, debes tener claro a quién alimentas: a tu ego o a tu alma. Donde pones tu atención irá tu energía. Por eso, debes elegir a quién alimentarás diariamente con tus pensamientos y emociones. ¿Dónde vas a invertir tu carga emocional? ¿Dónde vas a dirigir tu energía? Si tu visión permanece alineada en el Espíritu, podrás ver el panorama amplio por sobre el ego y podrás avanzar hacia tu destino.
Paso a paso, respiración a respiración. Conscientemente consciente dirige tu atención para canalizar tu energía hacia tu propósito.