El principal motivo por el que hay tantas personas heridas por relaciones y/o con una sexualidad insatisfactoria, es por inmadurez emocional y falta de conocimiento respecto del propio ser. Este es el comienzo de todo.
Hay quienes pueden tener un buen sexo, pero luego vivir desastres relacionales. O quienes están en una relación que comienza bien, pero termina con malas experiencias sexuales. Todas tienen en común una falta de dominio del mundo emocional.
La sexualidad no comienza en el sexo, sino en la consciencia de tu energía.
Y la energía comienza en el sentir, en el cuerpo emocional.
Emoción es energía en movimiento; saber moverte con tu propia energía para danzar junto a otro en el terreno de lo íntimo.
Hay personas que entran a un acto s3xual casual, sin tener claro en qué sintonía se encuentra cada uno. Esto puede, incluso, sentirse amenazante para quien no es consciente que lleva heridas abiertas; se sentirá pasado a llevar y no sabrá cómo manejar la situación.
El sexo de descarga no es malo en sí mismo, pero expande menos que el sexo consciente y no nutre energéticamente. En cualquier caso, rara vez dos personas se encuentran en los mismos términos como para no generar mal entendidos.
Esta falta de consciencia y transparencia en el que se ocultan emociones y sensaciones impide poder disfrutar de un encuentro auténtico en el que ambos puedan sentirse cuidados y apreciados.
Hablamos de conocer al otro antes de avanzar hacia una relación.
Pero, ¿realmente te conoces a ti?
¿Eres consciente de tus verdaderos deseos, de tus heridas y tus necesidades?
¿Eres responsable por lo que sientes?
¿Lo comunicas con honestidad?
Esta base es necesaria para avanzar a un territorio en el que se pueda profundizar de manera segura con alguien.
Sin vulnerabilidad, no hay acceso al sentir (ni al Amor).
Sin acceso consciente al sentir, no hay entrada al mundo emocional.
Sin entrar al mundo emocional, no hay posibilidad de transformar para sanar.
Y, sólo desde aquí, es posible develar la esencia de la verdad personal, para establecer relaciones auténticas y maduras con otros.
Comienza por ti, siempre por ti.
¿Dónde estás en tu sanación personal?
¿Qué estás necesitando hacer diferente esta vez en lo relacional y lo sexual?
¿Cómo vives tus emociones difíciles?
¿Sabes sostener el espacio para lo que sientes y guiarte hacia tu toma de consciencia?
Esta es la base de una relación consciente.
Tú en relación contigo.
Afirma en ti:
Me permito ser vulnerable para sentir conscientemente mis emociones y usarlas como brújula para comunicar lo que necesito y quiero en una relación y en mi sexualidad.
Desde este mismo lugar, escucho al otro para movernos a un territorio en común, que sea seguro, cuidado y nos beneficie a ambos.
Art: @nil79art