Pasé difíciles años aprendiendo cómo amarme y comprenderme a mí misma, a honrar lo que soy y en lo que creo sin pedir disculpas por ello. Este proceso de despertar a la experiencia espiritual de ser mujer no siempre fue bien recibido por los demás. Y fue ese rechazo el que abrió los ojos de mi alma y me inspiró a ser testigo de una verdad franca y poderosa: vi cómo este proceso de desarrollo ha impulsado la transformación y el crecimiento de los demás, tanto mujeres como hombres. Si bien reconozco que estas palabras reflejan principalmente mi propia perspectiva y experiencia de las enseñanzas espirituales, yóguicas y terrenales de la mujer, he descubierto en ellas una experiencia humana compartida; también manifiestan lo que he visto y admirado en otras mujeres y hombres que han despertado a la experiencia de amar y ser amados. Con este propósito, humilde, vulnerable y sinceramente, comparto mi experiencia de despertar como una simple persona que ha recordado la verdad del alma y del destino como mujer en esta vida. Honrando a todos los hombres y mujeres en su precioso ritmo, naturaleza y tiempo, ofrendo estas palabras como dulces rezos de transformación:
“Una mujer despierta puede llevarte a tu destino más elevado, porque ella conoce la majestuosidad de todo su ser.
Algunos se sentirán profundamente intimidados por ella, porque conoce la profundidad de su propia alma y, por lo tanto, no tiene miedo de indagar en su centro y confrontarse a sí misma en el corazón de los problemas a medida que surgen.
Una mujer con tal claridad no aceptará una mentira, ella simplemente sonreirá a tu dualidad y te enfrentará con el único fin de traerte a tu propia verdad con amor y sabiduría.
Confía, que una mujer con tal compasión sostendrá tu corazón como lo haría con un niño. Ella conoce las formas del amor, ya que ha aprendido a acariciar y acunar su propio ser. Y en la noche más oscura, se ha dejado amar por su propia soledad.
Sabrás que una mujer de corazón fuerte te desafiará a mantenerte en sintonía con tu presente y, si confías en su sabiduría, ella recordará su esencia y reflejará lo mejor de ti, como la luna al sol.
Puedes intentar engañarla, pero ella siempre estará delante de ti, no para competir, corazón, sino para encontrarse contigo y elevarte. Con gracia, ella te tomará de la mano y caminará contigo en la oscuridad. Su confianza será un inesperado asombro; ella seguirá su propia luz e iluminará intuitivamente el camino que es la salida.
Ella es una buscadora de lo invisible, una amante de la vida, una guardiana de la verdad. Ella es imparable porque fluye suave y penetrante como el agua. Si la honras, ella no hará más que mantenerte nutrido en tu ser. Si la lastimas, tu necedad te será reflejada de vuelta, congelando tu corazón y evaporando la confianza que se guardó en ti. Con sensibilidad y lucidez entenderás que esto no nace por venganza ni por dominio, ésta es la naturaleza femenina de la energía, cuya esencia refleja de vuelta la confianza y el cuidado que se le ha brindado.
A veces, ella servirá como una refinada lupa: potenciándote o constriñéndote, expandiéndote o limitándote. En el silencio de tu verdad más alta comprenderás que ella refleja lo que se le da. Y la belleza está en los ojos del que mira.
Para amar a una mujer despierta, tendrás que soltar, entregarte. Esto no significa que debas abandonar lo que eres, sino permitirte rendir tu ego, tus hábitos y tus heridas para ser TÚ. Descubrirás que en la calidez de su ser podrás derretirte como la miel bajo el cielo azul.
Con el tiempo, verás que su ser lleva la exquisita polaridad de la integración: sus maneras son frondosas y austeras, sutiles e intensas, simples y complejas, dulces y amargas, suaves y firmes. ¿Puedes reconocer la paradoja de su esencia? Ella mengua y crece como la luna, ajustándose cíclicamente a las fases cambiantes de la vida. Si no entiendes esto, aprende a sostenerte a ti mismo a su lado, como un sol. Respáldala y atestigua cómo tu solidez y firmeza la hacen florecer, al mismo tiempo que ella te apoya, te fortalece y te ayuda a alcanzar tu potencial más elevado. Ella es un espejo innegable, una guerrera de la pureza, la esencia y canción de una santa verdad de la vida. Ella estará a tu lado, apoyándote a mejorar la relación contigo mismo, ayudándote a nutrir tu propia valía. Ella sueña con verte majestuoso y sereno. Como un misterio, ella te abrirá puertas a lo desconocido, animándote a crecer en tu fe. Encontrarás en tus meditaciones más íntimas y profundas que ella te recuerda al Espíritu… Ella está ahí para bendecirte, así como tú estás ahí para bendecirla a ella desde tu propio ser despierto.
Si amas a una mujer despierta, el viaje de la vida será como una suave caricia. Te encontrarás dudando menos a medida que en el encuentro con ella vas conociéndote a ti mismo y te hallarás volviéndote constante, tranquilo, paciente y sabio. La estabilidad y la integridad de un hombre consciente son una deliciosa bendición para ella, como un dulce y profundo beso de Lo Divino. Y para él, una paz revitalizante. Con el tiempo, la intuición de ambos les revelará naturalmente cuándo contemplar el silencio y cuándo hablar, preservando el ritmo de la aventura de relacionarse. Y en este íntegro y sincero encuentro, te elevarás comprendiendo que el compromiso es un estado del ser, como una luz que te recuerda tu verdad cada vez que te sientes perdido. Una mujer despierta y un hombre despierto saben que la experiencia suprema del amor es sentirse completo en el propio ser. Sólo a partir de esta totalidad es posible sacrificarse, dar sin esperar nada a cambio y compartir las propias virtudes sólo por la dicha de darse el uno al otro lo mejor. Hay una abundancia secreta y reconfortante esperando para aquellos que confían en la vida y en la propia capacidad de amar.
Ama a una mujer despierta y encontrarás que no hay barreras reales para cambiar, sólo hallarás el dulce dolor de la transformación que inadvertidamente convierte el carbón en diamante. Una mujer despierta te impulsará hacia la libertad y, paradójicamente, podrías encontrarte buscando un ancla y anhelando ir “a tu hogar” después de un largo y desafiante día.
Una mujer despierta es un llamado interminable del infinito que te besa la frente cada mañana y te inspira a vivir lúcido y consciente. Su luz encenderá tu ser, su compasión arrullará tus miedos y su amor será un regalo del Universo. Y tú, serás el sagrado soplo de la vida que juega a besarse con la sabiduría más profunda. ¿Estás listo para amar a una mujer despierta? Y tú … ¿estás lista para ser una mujer despierta?” .
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Traducido y modificado por la autora del original en inglés en: