Pilar de luz 😍
El patriarcado también tuvo un impacto que en el hombre y su s3xualidad.
El Lingam es el sánscrito para “Pilar de luz” sinónimo de pene, sin embargo, lleva una carga peyorativa en el inconsciente colectivo femenino.
Hay mucho trauma asociado al s3xo oral masculino, dado que se usó como figura de sometimiento, dominación y abuso.
Muchas mujeres lo rechazan porque reviven esa memoria de transgresión y/o lo asocian a “la put4” (que es, además, una sombra a integrar en el arquetipo de la Mujer Salvaje). Yo misma tuve que hacer este trabajo de sanación en mi s3xualidad y descubrí su dimensión luminosa en la erótica femenina.
Desde la época de María Magdalena, las mujeres iniciaban, como sacerdotisas tántricas, al hombre. El s3xo oral era parte de un rito sagrado y el semen era considerado néctar de la Vida.
Nosotras les enseñábamos a dominar su eyaculación y circular su energía. Conectábamos su corazón y su s3xo y así descubrían el poder más grande que podían dominar: sobre su propia energía s3xual vital y su espíritu.
Con la programación del patriarcado, se quebró el Gran Rito; los hombres se desconectaron de su corazón y, por tanto, de su Consciencia. La energía s3xual, al estancarse en los primeros chakras y no elevarse, se convirtió en energía primal agresiva.
Hoy, la activación de la Diosa en el Nuevo Tiempo está activando su complemento, el Sagrado Masculino.
Tener un Lingam en tus manos y tu boca no es sólo un acto s3xual y caliente, es uno de los más vulnerables: él está en una entrega absoluta de su Pilar de poder con sus testículos, su parte más delicada.
Cuando recordamos esto, abrimos el acto devocional de la alquimia s3xual y entramos en el verdadero placer divino. El s3xo se vuelve un despertar, un acto meditativo y, a la vez, salvajemente exquisito.
Y para reforzar: créeme, los hombres quieren, anhelan y necesitan ser tocados con Amor. Esto es lo que les recuerda su verdadera naturaleza.
Arte: @alphachanneling
PD: Estate atenti, tengo cursos donde estaré compartiendo estas enseñanzas para elevar nuestra sexualidad y nuestras relaciones a la altura de nuestra consciencia y nuestro propósito divino.