Estás destinad@ para algo grande:
Tu Dharma, tu propósito de Vida, tu potencial más elevado.
Pero hasta que tú no activas tu Consciencia, el poder de tu intención y tu sagrada voluntad, esto permanece así: solo como un potencial.
Al igual que una semilla, que está destinada a ser un gran árbol, sólo si es nutrida y dedicada con las correctas condiciones y circunstancias.
Tu Dharma está adentro de ti y es un potencial que está vivo para actualizarse a través de tus relaciones.
Muchos creen que solo se trata de tu empleo, de tu vocación. Para mí, esta es una visión comercializada y limitada.
Tu Dharma permea TODAS la áreas de tu Vida. Es el cristal que emana y refleja tu luz en todo lo que creas.
Por eso, Tantra y Dharma son casi sinónimos y van de la mano. Si estás viviendo tu Dharma, estás viviendo en Tantra y conociendo, asimismo, la vía del Tao.
Se trata de reconocer la presencia de lo Divino en ti, por tanto, ser un canal para ella y encarnar esa luz de tu Alma en la Tierra.
Cuando activas tu Dharma, una gran transformación sucede en el tejido más importante de tu Vida: tus relaciones.
Estás pasan de ser kármicas a ser dhármicas.
Una nueva consciencia abraza tus vínculos. Reconoces el aprendizaje álmico que te teje con una pareja y tus desafíos se convierten en regalos.
Tu sexualidad también se enciende en propósito: reconoces algo mucho más sublime y elevado en ella.
Toda tu Vida se vuelve una oración de Amor para la existencia.
Entonces ya no da lo mismo con quién y cómo te relacionas. El llamado a crear una vida en grande, placentera y expansiva es inminente.
Ves en el sufrimiento una puerta para transformarte. Y lo único que te quita el sueño es el deseo ardiente de evolucionar y de vivir tu máximo potencial a través del Amor, que todo lo alquimiza.
¿Puedes sentirlo y reconocerlo en ti?